Somos marinos de espíritu. Viajeros de corazón. Nuestro mar será amarillo y con nuestro andar cambiará su color. La cubierta de nuestro barco como un arco iris se pintará, y nuestra bitácora; “armario del alma”; cerca del timón estará. El rumbo es incierto; nos guiará nuestro corazón. Pero nuestro destino está marcado: “crecer juntos y con amor”. Somos pequeños navegantes con deseos de descubrir a otros marinos curiosos con ganas de aprender y compartir.
martes, 19 de junio de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Anécdota: Menos mal que este cuento lo escuchamos en la salita ya que, tuvimos que interrumpir la lectura porque a muchos nos dieron ganas de hacer pis como al protagonista!!!!(pero en el inodoro)
ResponderEliminarQue suerte!!! A Santi le encanta ese cuento!!! El gordo dejó los pañales la primera vez que leímos a Federico...
ResponderEliminar