miércoles, 19 de septiembre de 2012

En busca de la primavera

La Seño Romina escribe… observando al jardín del Schönthal, al salir de mi querida sala amarilla, inmediatamente observo una flor que está ahí presente en todas las estaciones del año. Su color me identifica personalmente por ser mi color favorito y su aroma me apasiona. Mi flor preferida es “La Lavanda”. La lavanda es un arbusto multifuncional. Empezando por su exterior al verla me encanta su color, violeta, el de la transmutación (transformación). Asociada con mi profesión… A nivel macro, ¿cuantas veces tenemos que “transformar” en nuestra tarea docente las cosas negativas con las que nos enfrentamos, en algo positivo, mágico? Y dentro de la salita… vivimos transformando las cosas dadas en algo hermoso: materiales descartables en algo utilizables, un títere en un personaje de fantasías e ilusiones, un simple papel de diario en millones de objetos con que jugar (una capa de súper héroes, un sombrero, un barquito de papel), etc. Los chicos son parte de esta preciosa transmutación… cuantas veces me ha pasado de tener una mala semana personal y/o profesional, pero sus miradas, su inocencia, sus caricias y sonrisas, logran modificar todo lo malo en una dulce jornada. En cada trabajito que realizan, ver como pueden sorprenderme día a día con sus avances, su creatividad, sus ideas, su curiosidad, sus hipótesis infantiles. Esas frases que emocionan, sorprenden, generan un “algo más” a seguir aprendiendo y descubriendo. Me gusta también el aroma fresco e intenso de la lavanda ya que es inconfundible. En nuestra huerta escolar es utilizada para ahuyentar plagas y preservar nuestros cultivos. Suele usarse socialmente para fabricar lociones y perfumes. Como así también tiene propiedades medicinales: energizantes, antisépticos, cicatrizantes, antioxidantes y protectores de la piel. Los aromas quedan retenidos significativamente en nuestra memoria emocional y al recordar el de la lavada no puedo dejar de pensar en mis veranos en la costa, en un lugar muy especial para mí. Toda mi infancia, adolescencia y juventud vivida en ese lugar. Cuantos recuerdos inolvidables, llenos de mucho amor. Claro que la lavanda tiene sus propias propiedades, pero a mi me genera esa sensación de entusiasmo, alegría, felicidad que se tienen en las vacaciones; esa energía de mi infancia, esa curiosidad, esa “niña exploradora” que era. Hoy como adulta, no es casual que haya elegido este tipo de profesión, “ser pedagogo”. Es mi deseo de aprender y experimentar cosas nuevas todo el tiempo la esencia de mí ser. Es lograr que los chicos aprendan y desarrollen cada vez más sus posibilidades, sus fortalezcas, mi misión profesional. Me identifico con las cualidades medicinales de esta flor ya que uno en este camino de enseñar y de que los chicos aprendan dentro de sus posibilidades y particularidades, brinda esa energía necesaria para seguir en el camino sin abandonarlo, protege a sus alumnos de todas aquellas vicisitudes de las que puede evitarles y cicatriza con amor, con la escucha, con la mirada y el acompañamiento esas heridas que la vida le ocasione inexplicablemente o no. Las canciones, los juegos, los cuentos, las imágenes, los desayunos, los trabajitos, la placita, las visitas, y demás experiencias vividas en el jardín de infantes son momentos que marcan en nuestra historia personal y dejan huellas emocionales imborrables. Así como la lavanda marco en mi infancia y me identifica en mi presente… ojala sepa dejar en mis alumnos ese recuerdo positivo y afectuoso que sean parte de sus recuerdos futuros.

6 comentarios:

  1. Es increíble la manera de relacionar recuerdos, imágenes, perfumes y transportarlos al presente en las actividades con los niños...sencillamente maravilloso!!

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  2. Me encantó leer tu escrito señor Romina!!
    El cariño y la dedicación con que hacés tu trabajo seguro dejará huellas en el corazón de tus alumnos y sus familias. Hay maestros y maestras que siempre recordamos por algún motivo concreto y esas experiencias después con los años van teniedno más valor.
    Que esa energía con la que vivís la sigas compartiendo

    Pili, la madrina de Juanita Perdomo

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  3. Que hermoso maestras que acompañen a nuestros hijos capaces de descubrir lo mágico y sorprendente en las cosas más sencillas. Gracias Romi por tus palabras!!!!

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  4. Romi y Vero: son hermosas las palabras, los recuerdos y los valores que les transmiten a nuestros hijos.... Y con cuánta espontaneidad y dulzura! Es muy lindo además, conocerlas un poco más gracias a este blog.
    Les cuento que uno de las primeras imágenes que viene a mi cabeza, (como ex alumna del cole) está relacionada a la placita que en ese entonces tenía palmeras, al igual que el patio de secundaria. Me acuerdo estar corriendo, haciendo travesuras por ahí, con ese olorcito al verano que se anticipaba. Y a la salida del colegio el perfume a los jazmines del barrio, mientras caminaba a casa de la mano de mis mejores amigas, Guille y Mariu. Inolvidable.
    Paula (mamá de Juanita)

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    Respuestas
    1. Recordar nos permite acercarnos y vivir hoy junto a nuestros hijos todas sus emociones. Es volver a sentir aquello que está guardado en la memoria como un tesoro preciado de la infancia...
      Sigamos recordando...
      Las Seños

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  5. Recordar nos permite acercarnos y vivir hoy junto a nuestros hijos todas sus emociones. Es volver a sentir aquello que está guardado en la memoria como un tesoro preciado de la infancia...
    Sigamos recordando...

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